lunes, 3 de febrero de 2014

VITAMINAS (I)


Las vitaminas son componentes de los alimentos que son esenciales para el mantenimiento adecuado de nuestro organismo porque llevan a cabo funciones específicas en nuestro cuerpo. Se necesitan en cantidades muy pequeñas, pero su disminución por debajo de las necesidades diarias produce la aparición de síntomas que varían según la vitamina. Sus necesidades están aumentadas durante el embarazo, lactancia, crecimiento rápido y en ciertas enfermedades crónicas.
Las vitaminas A, D, E y K no se disuelven en agua. Son sustancias que se disuelven en las grasas y, por eso, tienden a acumularse en el hígado y en el tejido graso. Esto quiere decir que, si se produce una carencia dietética de alguna de ellas, se cuentan con reservas suficientes como para mantener los niveles necesarios durante un período largo de tiempo.
Vitamina A: Se forma en nuestro organismo a partir de sustancias especiales que se encuentran distintos alimentos. Son ricos en vitamina A los huevos, carne, leche entera y sus derivados, hígado, riñones y el aceite de hígado de bacalao. Pero hay que tener en cuenta que, todas estas fuentes, tienen un alto contenido de grasa saturada y colesterol. Es una excepción la leche desnatada que se ha enriquecido con vitamina A.
Las fuentes vegetales son las frutas de color naranja y amarillo brillante: pomelos, albaricoques, zanahorias, calabaza, batata, calabacín, brócoli y la mayoría de las hortalizas de hoja verde. Estas fuentes vegetales no tienen grasa ni colesterol.
En cuanto a sus funciones: Es necesaria para tener una visión adecuada, sobre todo por la noche, participa en la integridad de las mucosas y la piel, así como  en los huesos. También actúa sobre la inmunidad y tiene acción antioxidante.
Su déficit podría ocasionar problemas de visión y mala cicatrización de las heridas.
Hay que tener cuidado con el consumo de preparados dietéticos ricos en vitamina A porque, de todas las vitaminas, es la que más se acumula en nuestro cuerpo y un exceso nos puede traer problemas importantes.
El exceso de vitamina A puede producir la aparición de fracturas espontáneas, alteraciones cutáneas, anemia, problemas reproductivos y síntomas parecidos a los que se presentan cuando hay un tumor cerebral (son síntomas alarmantes, pero al dejar de ingerir la vitamina desaparecen).  

Vitamina D: La vitamina D ayuda al cuerpo a absorber el calcio, mineral que junto con el fósforo, es esencial para el mantenimiento normal de los huesos.
La deficiencia de vitamina D puede provocar osteoporosis en adultos o raquitismo en  niños.
Se forma en la piel cuando nos exponemos directamente al sol. La piel expuesta a la luz solar, en espacios cerrados, a través de una ventana, no producirá vitamina D. Muy pocos alimentos contienen vitamina D de manera natural por lo que a muchos se le añade esta vitamina para enriquecerlos con ella (cereales para el desayuno, zumos de naranja, yogur y margarina). Los pescados grasos (atún, salmón y caballa) están entre las mejores fuentes de vitamina D. Las sardinas y el salmón enlatados que se comen con los huesos son buenas fuentes de vitamina D, así como las almendras, si se comen las suficientes.
La toxicidad de la vitamina D aparece por el uso de demasiados suplementos. Demasiada vitamina D puede aumentar la absorción de calcio y esto puede producir depósitos de calcio en el corazón y los pulmones, así como piedra en el riñón.
Para obtener las cantidades necesarias de esta vitamina es aconsejable tomar el sol de 10 a 15 minutos tres veces a la semana. Es necesario que el sol nos dé sobre la piel sin protector solar. Debido a que la exposición a la luz solar es un riesgo para el cáncer de piel, hay que usar protector solar después de los 10-15 primero minutos de sol.
En general, las personas de más de 50 años necesitan cantidades mayores de vitamina D que las personas más jóvenes. Hay que preguntar al médico si cree que debemos consumirla y cuál es la mejor dosis. RECORDEMOS QUE PRODUCE TOXICIDAD SI SE CONSUME SIN NECESITARLA.
Se usa junto con calcio en el tratamiento de la osteoporosis que aparece en las mujeres después de la menopausia.
Es necesario tener presente que no se puede tomar calcio más vitamina D, ni calcio solo, ni vitamina D sola, sin consultar antes al médico. Para que nos entendamos y tomemos conciencia de lo que hacemos: Está comprobado que el aumento del consumo de suplementos de calcio aumenta el riesgo de sufrir un infarto de miocardio.

 Vitamina E: Es una vitamina antioxidante que ayuda a la regeneración de la piel. Se encuentra en los alimentos grasos (aceites, aceitunas, mantequilla, yema de huevo). Existe también en los vegetales de hoja verde (espinacas, acelgas).  La cocción de los alimentos puede destruir parte de la vitamina E que contienen. La vitamina E se ha estudiado para la prevención o el tratamiento de muchas enfermedades, pero no existen pruebas para apoyar su uso en ninguna de ellas (excepto si hay una deficiencia de vitamina E).
No se ha demostrado que los suplementos de vitamina E sean útiles; pero existe preocupación por su uso, especialmente en dosis altas.
No puede ser consumida por personas que tomen anticoagulantes porque puede producir la aparición de hematomas, sangrado nasal o de otros lugares.
No tiene ninguna utilidad clínica demostrada, salvo en el tratamiento de los calambres nocturnos, pero durante un tiempo limitado.   

Se usa con fines cosméticos para hacer desaparecer manchas y cicatrices. No hay evidencias para apoyar este uso y, debido al riesgo de aparición de alergia de la piel, lo mejor es no usarla.