Los
consumidores gastan miles de millones de euros al año en productos, aparatos y
tratamientos, no probados, supuestamente relacionados con la salud y que a
menudo son inservibles. Los fabricantes y vendedores de muchos de estos
productos comercian con la esperanza de las personas que quieren encontrar un
remedio para un problema de salud que la medicina convencional no puede curar. Se
prometen rápidas curas y soluciones fáciles a una gama de situaciones patológicas
que van desde la obesidad hasta el cáncer y el SIDA. Los consumidores que caen
en la trampa de productos "curalotodo" no encuentran ayuda o mejoría
en la salud. Por el contrario, pierden su dinero, su tiempo y tal vez hasta su
salud porque algunos pueden causar serios daños.
Para evitar convertirse en víctimas de fraudes
relacionados con la salud, es importante que los consumidores aprendan a valorar
las afirmaciones sobre temas de salud.
Blancos más Comunes de Fraudes
Relacionados con la Salud
Cáncer: Un
diagnóstico de cáncer suele producir sentimientos de temor y desesperanza.
Muchas personas pueden verse tentadas por remedios no probados que son
promocionados como curas contra el cáncer. Estas personas y sus familias deben dudar
frente a las afirmaciones "milagrosas". Existen muchos tipos de
cánceres y no existe ningún aparato, remedio o tratamiento que pueda actuar
sobre todos ellos. Si existiera, la medicina convencional lo estaría usando.
SIDA: Los
tratamientos actuales para enfermos de SIDA prolongan la vida y mejoran la
calidad de la misma; pero, no hay actualmente una cura definitiva para esta
enfermedad. Las personas con diagnóstico de SIDA deben evitar el uso de tratamientos
no probados porque pueden resultar peligrosos. Un ejemplo es la llamada
"hierba de San Juan" (hipérico), que ha sido recomendada y
promocionada como un tratamiento seguro para los enfermos de SIDA. No existe ninguna
evidencia de que esta hierba sea efectiva en el tratamiento de esta enfermedad;
lo que se ha demostrado ampliamente es que interfiere con los medicamentos antivirales
usados para la enfermedad, disminuyendo mucho la eficacia de los mismos.
Artritis: Los
consumidores de EEUU gastaron a finales
de los años 90 aproximadamente 2 mil millones de dólares por año en remedios no
probados para la artritis: extracto de mejillones, píldoras de hígado desecado,
cartílago de tiburón, mezclas de miel y vinagre y brazaletes magnéticos y de
cobre. Ninguna de estas curas están respaldadas científicamente no habiéndose demostrado
que puedan ofrecer alivio a corto, medio o largo plazo.
Obesidad: Las
afirmaciones que dicen que un suplemento permite comer todo lo que se desee y
perder peso sin esfuerzo, son falsas. Para adelgazar, se debe reducir la
ingestión de calorías y/o quemar más. La mayoría de los expertos recomiendan
ambas cosas.
Los
consumidores deben ser precavidos acerca de cualquier tipo de afirmación sobre
un suplemento dietético que esté relacionada con el tratamiento de enfermedades.
Debemos tener en cuenta que si
algo parece demasiado bueno para ser verdadero, posiblemente no es verdad.
Algunas recomendaciones para
identificar afirmaciones fraudulentas:
1.-
Afirmación de que el
producto es un rápido y efectivo "cúralotodo". Por ejemplo: "Muy
beneficioso para el tratamiento de reumatismo, artritis, infecciones, problemas
de próstata, úlceras, cáncer, problemas de corazón, arteriosclerosis y
más".
2.- Propaganda que
insinúa que el producto puede tratar y curar enfermedades: "reduce
tumores" o "cura la impotencia".
3.- Utilización de
palabras como "adelanto científico", "cura milagrosa",
"producto exclusivo", "ingrediente secreto", o
"antiguo remedio." Por ejemplo: "Una revolucionaria innovación
formulada utilizando los probados principios de la ciencia médica basada en la
salud natural."
4.- Uso de palabras
que suenan extraordinarias a los
profanos en medicina. Por ejemplo, con respecto a un producto para bajar de
peso: "estimulación del centro de hambre" y "termogénesis".
5.- Testimonios de consumidores o médicos no
acreditados como tales, que declaran resultados sorprendentes. Por
ejemplo: "Mi esposo padece de mal de Alzheimer. Comenzó a tomar una
cucharada de este producto cada día, y ahora, en solamente 22 días de
tratamiento, corta el césped, limpia el garaje, trabaja en el jardín plantando
flores y hemos retomado nuestras caminatas matinales."
6.- Petición de pago
por adelantado. Por ejemplo: "Dese prisa. Esta oferta se termina pronto.
Envíenos su cheque para reservar su producto."
7.- Promesas de
riesgo cero: "devolución del dinero garantizada". Por ejemplo:
"Si después de 30 días no ha bajado al menos 4 kilos de peso por semana,
le devolveremos su dinero".