miércoles, 1 de enero de 2014

ALIMENTOS FUNCIONALES O NUTRACÉUTICOS

Antes de entrar a hablar del tema aclaremos dos términos que son muy importantes.
Macronutrientes: Alimentos indispensables que nos aportan la mayor parte de la energía que necesitamos. Son las proteínas, los azúcares y las grasas.
Micronutrientes: Son sustancias indispensables para el buen funcionamiento de nuestro organismo pero que necesitamos a muy pequeñas dosis.
Se llaman alimentos funcionales a aquellos que, según dicen, además de sus funciones nutritivas también mejoran la salud y disminuyen el riesgo de aparición de enfermedades. Reciben este nombre porque “mejoran” diversas funciones orgánicas.
Casi todos ellos son alimentos de diseño ya que se obtienen añadiendo a los alimentos naturales sustancias que debemos consumir y que están presentes en las cantidades adecuadas en cualquier dieta variada (minerales, vitaminas, ácidos grasos, fibra alimenticia, antioxidantes, etc.). Es decir, son alimentos en los que se han aumentado por distintos procedimientos, la cantidad de algunos de los nutrientes que ya poseen, o bien, se les ha añadido otros que no tienen.  Este tipo de alimentos llamados fortificados, están rodeados de una gran publicidad y su consumo se ha disparado a partir de finales del siglo XX. A su cobijo han emergido un buen número de industrias alimentarias que proponen su uso porque, según dicen, mejoran las funciones gastrointestinales y añaden sustancias antioxidantes, entre otras razones.

Los alimentos funcionales o nutracéuticos nos dan una cantidad diaria de las sustancias con las que están enriquecidos que es superior a la recomendada en circunstancias normales. 

Me gustaría aclarar que sólo en determinadas ocasiones, nuestro organismo necesita el aporte  especial de macro o micronutrientes; por ej. cuando existen problemas digestivos que impiden la absorción apropiada de los alimentos, cuando la dieta es pobre e inadecuada, en el embarazo dónde están aumentadas las necesidades de hierro y vitaminas… 

La mayoría de los alimentos enriquecidos no han demostrado tener una acción significativa sobre ninguna enfermedad.
Mención aparte merecen los alimentos a los que se le han añadido ciertas sustancias llamadas fitoesteroles o fitoestanoles. La Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), reconoce la utilidad de estos alimentos para disminuir la cantidad de colesterol en sangre. Los más conocidos son el Danacol y el Benecol. Estos alimentos (que a mi juicio son muy caros), deben consumirse siguiendo las dosis que indica la empresa que los comercializa porque un exceso de los mismos acarrean problemas de salud. 

El yodo es un micronutirente que debe ser adicionado a la sal en muchos países, especialmente aquellos que no tienen costa. Pero son añadidos muchos otros como vitaminas y calcio, entre otros.

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