ESTUDIOS
CIENTÍFICOS DOBLE CIEGO
La utilidad de las plantas medicinales es mayor en los
procesos crónicos que en los agudos. Un proceso gripal no es buen ejemplo dado
que va a durar alrededor de una semana con o sin tratamiento. Ahora bien, si al
paciente le administramos fármacos antitérmicos y analgésicos su estado general
mejorará y se sentirá más aliviado de los síntomas gripales que si no recibe
esos fármacos. En esta enfermedad el uso de plantas medicinales en forma de
tisanas calientes ayudará en la mejoría de ciertos síntomas, pero no acortará
la duración del proceso, del mismo modo que no lo hacen los fármacos. Por otro
lado, los efectos de los fármacos son más potentes, se presentan con mayor
rapidez y su duración es más prolongada que con las plantas medicinales.
En una infección urinaria (proceso agudo), no podemos esperar
a que hagan su efecto las plantas que pueden tener acción antibacteriana. Es necesario echar mano de
los antibióticos de que disponemos para erradicar el germen infeccioso.
¿Porqué? Por lo anteriormente expuesto: Efectos más rápidos, más potentes y más
duraderos.
Sin embargo, en procesos crónicos, osteoartritis por ejemplo,
las plantas medicinales pueden ser una opción a valorar cómo medicación única o
cómo coadyuvante de la terapia farmacológica.
Hay que decir que la posibilidad de aparición de efectos
indeseables suele ser superior con el uso de fármacos que con el uso de
plantas. Ahora bien, la gravedad del cuadro será el que determine el uso de una
u otra terapia.
Hay que tener en cuenta que la mayoría de los efectos
indeseables que se presentan son de carácter leve y fácilmente reversibles. Con
los fármacos que pueden producir efectos indeseables graves, así cómo, con los
pacientes en riesgo de sufrirlos (ancianos, enfermos cardíacos, enfermos
renales, etc.) el médico tendrá un cuidado especial en su seguimiento.
Algunos arguyen que se realiza menos investigación sobre la
medicina herbal porque las plantas no pueden ser patentadas, y por tanto hay
poco incentivo económico para estudiarlas. La investigación farmacéutica, por el contrario, puede ser
muy lucrativa, lo que da como resultado la financiación de estudios por parte
de compañías farmacéuticas.
Es el caso que la investigación farmacéutica sobre plantas
medicinales empieza aislando el principio activo que produce el efecto. El
laboratorio que logra aislarlo patentará el descubrimiento y se dispondrá a
comercializar ese principio activo, NO LA PLANTA de la que procede. Luego
seguirá investigando para tratar de sintetizar ese principio activo en el
laboratorio. Eso puede tardar años y mientras se logra o no sintetizarlo,
cultivará toneladas de planta para extraer el principio activo descubierto y ponerlo
a la venta en cuanto la ley se lo permita.
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