martes, 19 de noviembre de 2013

PROTEÍNAS

PROTEÍNAS
Las proteínas son moléculas grandes formadas por la unión de otras más pequeñas que se llaman aminoácidos. Se encuentran distribuidas por todo el organismo ejerciendo numerosas funciones, entre las que se encuentran las siguientes:
            - Son necesarias para mantener la estructura del cuerpo, es decir, los huesos, músculos, tendones, órganos, etc.
            - Permiten que las células se mantengan enteras.
            - Si se dañan, reparan los daños.
            - Permiten que se produzcan células nuevas durante el crecimiento y el embarazo.
            - Controlan y regulan muchas de las funciones de los órganos.
            - Forman parte de los sistemas que nos defienden de agresiones externas, etc.
Se necesitan a lo largo de toda la vida para formar y reparar los tejidos pero especialmente en el embarazo, lactancia, infancia y adolescencia. En estas situaciones los requerimientos de proteínas son mayores debido al aumento en la formación de tejidos. 
El organismo necesita consumir alimentos ricos en proteínas para transformarlas en sus aminoácidos y, a partir de ellos, formar sus propias proteínas. Lo que sucede es lo siguiente:
            1º.- Consumimos proteínas.
            2º.- Durante la digestión, rompemos esas proteínas para que aparezcan sus aminoácidos.
            3º.- Esos aminoácidos pasan a nuestra sangre y se reparten por todo el organismo.
            4º.- El organismo usa los aminoácidos para formar sus propias proteínas, que son distintas de las que hemos consumido. Fabricamos  nuestras proteínas a partir de las que consumimos.
 
Hay 9 aminoácidos que nosotros no somos capaces de producir y que deben ingresar con la dieta porque los necesitamos para elaborar nuestras proteínas. Son los aminoácidos esenciales, que existen en determinados alimentos, a los que se denominan de elevada calidad por contener proteínas que llevan esos aminoácidos.  
 
Las proteínas se encuentran en alimentos de origen animal (carnes, huevos, pescados, leche y sus derivados), y en otros de origen vegetal (legumbres, cereales, frutos secos). Las proteínas de mayor calidad se encuentran en los alimentos de origen animal. Los de origen vegetal tienen alguna deficiencia en aminoácidos esenciales. Sin embargo, aunque se lleva una dieta vegetariana, es muy raro que se produzca una disminución del ingreso de proteínas ya que, si la dieta es variada aportará la totalidad de los aminoácidos entre unos alimentos y otros.  
En la dieta de la mayoría de las personas del mundo occidental figuran carnes, pescados, huevos, leche y sus derivados. Con frecuencia se comen cada día todos ellos, con lo que el consumo de proteína animal es mayor de lo recomendado. El consumo de estos alimentos se ha incrementado entre los jóvenes de los países occidentales. Especialmente entre los que practican deportes y los que quieren adelgazar.
 Si se consumen en exceso, las proteínas pueden producir problemas renales y/o hepáticos porque estos órganos son los encargados de eliminar las sustancias de desecho que producen las proteínas (por ejemplo el ácido úrico). Además, la proteína animal ayuda a la formación de cálculos renales, pues con ella se elimina mucho calcio que se queda acumulado en los riñones y forma piedras.
También pueden dar lugar a ciertas alergias alimentarias (al huevo, al pescado, a la proteína de la leche de vaca….)
En cambio su consumo escaso puede ocasionar disminución de la masa muscular, así cómo, uñas y pelos quebradizos.
En definitiva, se debe consumir una cantidad adecuada de alimentos ricos en proteínas, teniendo en cuenta que deben asociarse a otros no tan ricos en ellas pero muy saludables (legumbres, derivados de la soja, frutos secos y aunque sea en poca cantidad los cereales)

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