Estas grasas así
obtenidas son las grasas trans. Aunque sean de origen vegetal, cuando reciben
estos tratamientos industriales que se usan hoy se transforman en un producto
que si no se consume con cuidado puede ser peligroso para la salud.
Actualmente se duda de
que las margarinas 100% vegetales
sean más
saludables que la mantequilla obtenida de la leche. Porque, aunque procedan de
vegetales, se han convertido en grasas trans que hacen descender el colesterol
"bueno" (HDL) y elevan el "malo" (LDL), aumentando el
riesgo de arteriosclerosis. Una dosis diaria de 5 gramos de grasa trans, ya se
considera peligrosa.
Se ha comprobado que el
riesgo de sufrir enfermedades coronarias es un 66% mayor entre los consumidores
habituales de margarina que entre los que no la consumen.
Todo esto sucede sin que el consumidor se entere, porque no se le ha advertido y confía en la seguridad que le da
la etiqueta de 100% vegetal.
Por todo esto, es
aconsejable limitar el consumo de alimentos que contengan este tipo de grasas,
aunque sean realmente procedentes de vegetales.
Hay que
sospechar que contienen grasa trans todos los alimentos elaborados con aceites
vegetales: Patatas fritas, margarina (no la mantequilla) bollería industrial, galletas,
cereales de desayuno, hamburguesas, etc.
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